Uno de los requisitos del cliente a la hora de realizar el proyecto, es que no fuera la oficina tradicional, sin puestos asignados. Manteniendo el puesto de recepción como eje central, se consigue a través de espacios abiertos, zonas de trabajo multidisciplinares poco convencionales para una inmobiliaria. En un extremo, una barra alta, una zona desenfada de trabajo en cambio en el otro extremo una gran mesa cuadrada baja y una sala de reuniones, sin dejar de ser un área multidisciplinar.
Al ser una inmobiliaria enfocada en las propiedades costeras, el mar, el horizonte, el cielo, sirve de inspiración orgánica para crear un escenario. Unas estructuras metálicas con cuerdas de color azul ultramar, que recuerdan a los cabos de los barcos, tensadas en horizontal de abajo- arriba van cubriendo paredes y techos. Su iluminación indirecta ayuda con las sobras a crear una textura que cubre todo el espacio. El Roble, material también protagonista, lo encontramos tanto en el pavimento como en los muebles.
Se consigue la calidez del espacio, combinando iluminación indirecta y directa, con lámparas de diseño pero a su vez de estilo industrial, y otras, unas bolas doradas dando un punto sofisticado al espacio.